MÁXIMO RIVARA
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¿A que intensidad debo calentar?

Oscilará entre las 90-100 pulsaciones por minuto al inicio y las 120-140 con los ejercicios más intensos.

Los ejercicios que hagamos los realizaremos de forma progresiva, empezar muy suave para ir incrementando la intensidad, por norma general no deberíamos superar el 70% de nuestro ritmo cardíaco máximo (=220 menos la edad del individuo), de forma que una persona de 40 años (220-40=180, el70% de 180 es 126) no pasaría de 126 pulsaciones.

IMPORTANTE: antes de iniciar cualquier práctica deportiva debes pasar un reconocimiento médico y después déjate asesorar por un especialista deportivo.

OXIGENACIÓN MUSCULAR por Lic. Mariana Perrone 

Para optimizar la producción de energía y con ello el rendimiento físico se debe tratar de que a cada célula de los músculos no les falte oxígeno. Los músculos para trabajar en óptimas condiciones, necesitan tanto de oxígeno como de energía provista por los alimentos.

Los músculos para trabajar en óptimas condiciones necesitan las cantidades adecuadas de dos elementos que están relacionados: energía y oxígeno. La energía para mover los músculos se obtiene de una molécula llamada ATP. Este se obtiene de los alimentos, que se van rompiendo en partes muy pequeñas, formando moléculas como glucosa, fructosa y galactosa. La gran mayoría es glucosa y el resto puede pasar a ella. Esta glucosa es la que se rompe formando ATP.

La producción de ATP en cantidades suficientes para apoyar la actividad muscular contínua requiere del ingreso de oxígeno. Si no existe suficiente oxígeno, la obtención de energía en forma de ATP, será menor. Por esto es de vital importancia el oxígeno aportado por la respiración.

Cuando no hay suficiente oxígeno, como puede ocurrir en eventos de corta duración pero muy intensos, el metabolismo pasa a ser anaerobio. En él, la producción de energía en forma de ATP es considerablemente menor. 

Hay distintos tipos de ejercicio físico. Según sus características conllevan diferentes tipos de metabolismo, que dependen de si hay oxígeno o si la oxigenación no alcanza. Cuando el ejercicio físico es intenso, ya sea de corta o larga duración, suele faltar oxígeno en los músculos. En este caso se entiende que la respiración muscular es anaeróbica. Si, por el contrario, el ejercicio es suave, el oxígeno alcanzará y la respiración muscular será aeróbica.

Luego del ejercicio, continúa la captación de oxígeno a un grado elevado durante algún tiempo. Si el gasto de energía fue aeróbico solamente, la recuperación es en varios minutos. Pero después de un ejercicio enérgico como puede ser el volley, handbol, futbol o hockey, en el que los jugadores requieren de un metabolismo anaeróbico, quizás no se recuperen por varias horas.

Entonces, para tener un óptimo rendimiento es necesario contar con el oxígeno suficiente para que la producción de energía sea mayor. Si la respiración muscular es anaeróbica se formará ácido láctico que puede devenir en un calambre. Es bueno tomarse el descanso suficiente para recuperarse y de esta forma al reiniciar la actividad física, el rendimiento será el óptimo.

Resistencia Aeróbica y Resistencia Anaeróbica

Resistencia

Resistencia, en términos generales, es la capacidad para sostener un esfuerzo eficazmente el mayor tiempo posible; esfuerzo no menor a tres minutos. La definición anterior, por concreta y sencilla, debe ser, por lo menos, comentada para obtener un concepto más exacto de lo que es resistencia, ya que no es lo mismo un esfuerzo sostenido largo tiempo a mediano ritmo que uno muy elevado. Tenemos dos clases de resistencia:

1. Resistencia aeróbica, llamada también orgánica.
2. Resistencia anaeróbica, llamada también muscular.

En cualquiera de las dos, la resistencia será específica de la prueba o deporte.

Resistencia Aeróbica

Es aquella que posee un individuo y lo demuestra cuando a ritmo adecuado, es capaz de efectuar un ejercicio sostenido en equilibrio de oxigeno.
Según Toni Nett, “una capacidad de oposición al cansancio por un equilibrio entre la necesidad de oxigeno y su aprovisionamiento”. La resistencia aeróbica está en relación directa con la capacidad de los sistemas circulatorio y respiratorio para abastecer de oxigeno y de materias nutritivas a los músculos y transportar hacia los puntos de eliminación los productos de desecho que se forman durante el esfuerzo. Desarrollar y mejorar esta cualidad ofrece la ventaja de que se puede realizar parte de un trabajo sostenido – como es el caso de los deportes – cada vez con más intensidad en equilibrio de oxigeno.

Resistencia Anaeróbica

Es aquella que permite soportar durante el mayor tiempo posible una deuda de oxigeno producida por el alto ritmo de trabajo, que será pagada una vez que el esfuerzo finaliza. La duración del esfuerzo en consecuencia es menor. Cuanto más intenso es el esfuerzo anaeróbico, más elevada es la cantidad de oxigeno para las necesarias combustiones, pero el abastecimiento de éste por el torrente sanguíneo es limitado al igual que su absorción por los tejidos. En ésta situación, el organismo debe seguir trabajando y rindiendo; es decir, en deuda de oxigeno (con menor cantidad de oxigeno que la necesitada).
Como consecuencia de lo anterior se forman en los tejidos (principalmente en el muscular) ácidos que entorpecen el movimiento y el rendimiento, siendo uno de los más abundantes el láctico.

Efectos del trabajo de resistencia

Los efectos del trabajo de resistencia en el organismo son de todas clases y hacia todas las partes del cuerpo, desde la creación de conductos sanguíneos, modificación de la constitución de la sangre, hasta la alteración del metabolismo. Cuando el trabajo de resistencia es racional y adecuado al organismo, los efectos que produce son beneficiosos. Si, por el contrario, son irracionales e inadecuados, son perjudiciales.

Efectos beneficiosos

Aumenta la cavidad cardiaca, lo cual permite al corazón recibir más sangre y también impulsar más sangre con cada sístole.
Fortalece y engruesa el corazón, lo cual permite a éste impulsar más sangre en cada sístole.

Disminuye la frecuencia cardiaca, lo cual permite al corazón descansar más tiempo entre sístoles, en el día, en el año, y en toda su vida.

Aumenta la cantidad de sangre en el torrente. La cantidad de glóbulos rojos y hemoglobina también aumentan lo que permite transportar más oxigeno y materias nutritivas a todas las partes del cuerpo y neutralizar y eliminar más materiales de desecho.

Activa el funcionamiento de los órganos de desintoxicación (hígado, riñones, etc.) para neutralizar y eliminar las sustancias de desecho.

Activa el funcionamiento de las glándulas endocrinas, especialmente de las supra-renales que ven así aumentada su producción de cortisona y adrenalina.

Activa el metabolismo en sentido general.

Fortalece los músculos de las piernas y en especial los más pequeños que son difíciles de entrenar con los ejercicios de fuerza que se valen fundamentalmente de los grandes músculos.

Produce una baja de peso corporal a lo que acompaña un aumento de la capacidad de absorción de oxigeno. La reducción de peso se efectúa, especialmente, a expensas de la grasa.

ESQUEMA DE LOS EFECTOS DEL TRABAJO DE RESISTENCIA



Efectos perjudiciales

Si el entrenamiento es eminentemente aeróbico:

Un corazón grande, blando y al final poco eficaz.

Aumento del peso corporal por hipertrofia muscular

Disminuye el potencial energético de la célula por entrada de sodio y agua y salida de potasio a causa de la intoxicación excesiva del tejido.

Disminuye la difusión de oxígeno en los tejidos por mayor tensión y espesamiento muscular.

Aumenta la tensión muscular

El corazón es un órgano clave en el desarrollo y mejoramiento de la resistencia – quizá el más importante de todos – a tal extremo que los sistemas de entrenamiento basados en la carrera se rigen en gran medida por su comportamiento, es decir, por sus pulsaciones. Los efectos del entrenamiento de resistencia en el corazón son decisivos en el rendimiento por lo que nos vemos obligados a profundizar un poco más en ellos. Como el corazón es un músculo hueco, los efectos del entrenamiento, según el tipo de trabajo realizado, se manifiestan, o bien por aumento (musculación) de la pared, o por un aumento de su volumen (cavidad). Si un corredor realiza siempre el mismo tipo de esfuerzo, llega a un límite, es decir, alcanza un punto máximo más allá del cual no mejora. Si entrena únicamente en resistencia orgánica, es decir, aeróbica, acabará teniendo un corazón gordo, blando y poco eficaz. Si, por el contrario, entrena únicamente la anaeróbica, las paredes se engruesan en perjuicio de la cavidad y de la capacidad; se eleva la tensión arterial e incluso se pueden observar pequeños soplos cardiacos. La resistencia aeróbica inicial es la base para la anaeróbica e incluso para otras cualidades.

En el entrenamiento anaeróbico único se observa:

Un aumento del ritmo cardiaco en reposo. Ejemplo: de 56 a 64 y después del esfuerzo, de 170 a 180.
Una mejora de la recuperación cardiaca después del esfuerzo
Una hipertensión. Ejemplo, de 15-9 a 16-10
Y, a veces, una reducción en el rendimiento deportivo.

Medios para trabajar la resistencia

Cualquier elemento o actividad que nos provoque la utilización de gran masa muscular, va implicar trabajos en función de la resistencia aeróbica. Cuando pensamos en actividades de campo, tomamos al trote, la caminata, el ciclismo, como los principales medios para su desarrollo. Algunos medios para el trabajo de la resistencia;



Métodos para el trabajo de resistencia

Variadas son las clasificaciones según los autores, simplificándolas en dos; continuos y fraccionados.

Método Continuo: referido a la realización de esfuerzos en forma ininterrumpida y de mucha duración, debido a que prevalece el volumen; las intensidades a utilizar siempre serán submaximales (baja, moderada, etc.). Dentro de éste método tenemos a su vez una división en constantes y variables; los primeros se caracterizan por mantener la intensidad constante durante el estimulo, mientras los segundos van variándola.

Método Fraccionado: se diferencia del anterior por que pierde la característica de continuidad, apareciendo las pausas. Estas últimas me van a permitir usarlas como recuperaciones totales o parciales, para así trabajar con intensidades más altas, disminuyendo los volúmenes.



Recuerda que para trabajar la resistencia, antes debes calcular tu frecuencia cardiaca para controlar la intensidad del ejercicio, con el objetivo de optimizar los resultados.

FCMÁX: 220 - EDAD


Cuando cuantificamos las intensidades de trabajo, hablamos de zonas o áreas, comprendidas entre dos valores específicos de frecuencia cardiaca, determinados por porcentajes de la misma:
acá les dejo un diagrama ejemplificando lo anteriormente dicho...
esta calculado con las zonas y con mi edad (29 años)



Zona de actividad moderada (50 – 60%); iniciación a programas de entrenamiento a sedentarios. Rehabilitación y/o acondicionamiento de base. Para disminuir o controlar peso corporal (adiposidad) en sedentarios. Ideal, utilizar trabajos continuos.

Zona de control de peso (60 – 70%); umbral de condición física aeróbica. Tiempo estimado ideal, entre 30 y 60 minutos, y no menos de tres veces a la semana. En sedentarios, esta zona ya puede brindar beneficios propios de entrenamiento. Ideal, utilizar trabajos continuos

Zona aeróbica (70 – 80%); beneficia el sistema cardiocirculatorio y respiratorio. Produce efecto de entrenamiento. Se consume un mayor porcentaje de carbohidratos que en la zona de control de peso. Utilización de trabajos continuos en combinación con fraccionados.

Zona de umbral anaeróbico (80 – 90%); mejora la capacidad de metabolizar lactato. Esta zona es para personas con cierto grado de entrenamiento. Al ser intensidades mayores, es conveniente la utilización de métodos fraccionados, más que los continuos.

Zona de líne a roja (90 – 100%); entrenamientos de mayor intensidad, propio para población altamente entrenada. Tolerancia de altos niveles de lactato, Este tipo de estímulos tiene una menor frecuencia; 1 a 2 veces semanales, y no menos de 48 horas de recuperación entre las sesiones.

lactato: es un ácido orgánico presente en la sangre producido por metabolismo anaeróbico (sin oxígeno). 
 

LA ALIMENTACIÓN DEL TENISTA

Características del Tenis

El tenis es un deporte que además de fuerza física y entrenamiento, requiere un elevado grado de concentración. Para que el tenista se encuentre al cien por cien en todos los aspectos, es importante que conozca sus necesidades nutricionales y sepa cómo evitar que su organismo sufra bajones o se quede falto de energía. Para eso se debe contar con almacenamientos adecuados de carbohidratos, planificando la ingesta antes, durante y luego de la actividad física.

Según las características técnicas del tenis, según el tiempo de duración, los músculos trabajados y órganos movilizados, lugar y condiciones climatológicas de realización, etc; podemos decir que el tenis es un deporte de fuerza y resistencia.

La dieta del tenista

Todas las características mencionadas condicionan el gasto energético por lo que la dieta debe ser la adecuada para compensar las pérdidas. Se estima que el 50% o 55% de la dieta debe estar dirigida a los Hidratos de Carbono; un 15% o 20% a proteínas; y un 25% o 30% a los lípidos.

Los tenistas deben elegir alimentos que les sean familiares y de fácil digestibilidad. Las comidas líquidas son las más convenientes por su rápida absorción, pero deben probarse durante un entrenamiento y nunca antes de una competición importante.

La comida pre-competitiva necesita estar planificada para que el estómago esté vacío en el momento de comenzar el ejercicio a fin de que el tenista no sufra náuseas o problemas gastrointestinales. Cuanto mayor sea el contenido calórico de la ingesta, mayor tiempo se tardará en digerirla. El tenista debe seguir estas recomendaciones para la comida durante la pre-competición:

• Para digerir una comida grande se necesitan de 4 a 6 horas.

• De 2 a 3 horas para una comida más pequeña (menos de 500 calorías).

• 1 ó 2 horas para una comida líquida o semilíquida.

• Menos de 1 hora para un liguero tentempié (una pieza de fruta, un pequeño bol de cereales).

La dieta del tenista debe incluir 6-8 gramos de hidratos de carbono por kilo de peso corporal por día, o un mínimo de 500 gramos (preferentemente ser complejos, ya que proporcionan más concentración de glucógeno que los hidratos de carbono simples). El organismo los convierte en glucosa circulante y en glucógeno. Esta última es la forma en la que los carbohidratos se almacenan en cantidades limitadas en los músculos e hígado. Durante el ejercicio, el organismo hace uso, como carburante, de estos depósitos; si el ejercicio lo exige, las reservas totales de glucógeno pueden ser utilizadas durante 2 horas. Si no se restablecen suficientemente, el resultado será la aparición de fatiga precoz. La clave para aumentar el rendimiento en las actividades de resistencia a través de la nutrición es comenzarlas con los máximos niveles de glucógeno en los músculos, con lo cual los tenistas rinden a un ritmo mayor y durante periodos más prolongados.

Los tensitas deben ingerir una comida ligera entre 3 y 6 horas antes del ejercicio vigoroso. Esta comida debe proporcionar entre 75 y 150 gramos de hidratos de carbono para suplementar los almacenamientos de glucógeno. Como las proteínas son virtualmente inútiles como fuente de energía inmediata y contribuyen a la deshidratación porque estimulan la formación de orina, deben representar una parte muy pequeña de la ingesta precompetitiva. Por ejemplo, si está compuesta de pasta, la salsa debe contener un poco de carne; si es un sandwich, las rebanadas de pan deben ser gruesas y la cantidad de carne (preferentemente pavo o pollo) pequeña. También debe ser baja en grasas, debido a que éstas alargan el proceso de la digestión. Las grasas enlentecen el vaciamiento del estómago y del tracto gastrointestinal superior y pueden dificultar la respiración y la circulación y, eventualmente, producir náuseas y vómitos.

Una técnica de sobrecarga de carbohidratos: tres días antes.

Esta consiste en que el tensita ingiere una dieta mixta normal (con cerca del 50% de calorías derivadas de los hidratos) en lugar de tomar menos carbohidratos, y se reduce el entrenamiento durante este periodo. A continuación, los 3 días previos a al competición, el tensita sigue una dieta alta en carbohidratos (70% de calorías totales) y descansa el día inmediatamente anterior.

El consumo de hidratos de carbono debe incrementarse desde la cantidad normal de 350 gramos hasta los 550-600 gramos. Un consumo que exceda de los 600 gramos no proporcionará concentraciones mayores de glucógeno muscular; y este exceso, probablemente se convertirá en grasa. Por tanto, su dieta podría estar compuesta por un desayuno en el que se incluya un zumo de fruta y unos cereales con yogur, un almuerzo a base de pan con queso, jamón, pavo o tortilla con algo de fruta, una comida compuesta por un primer plato rico en hidratos de carbono como pasta con tomate, arroz con verduras o legumbres con patata, junto a un segundo que aporte proteína como carne o pescado. El postre puede ser un lácteo (yogur, queso, cuajada...) o una fruta, sin olvidar la ración de pan correspondiente a esta toma. Para merendar, el tenista puede tomar algo de fruta acompañada de un lácteo y un poco de pan tostado, mientras que la cena estará compuesta por un primer y segundo plato similares a los de la comida del mediodía, una ración de pan y acabará también con un lácteo (también puede ser arroz con leche, postre rico en hidratos de carbono) o fruta fresca o en almíbar.

Además de la ingesta diaria de carbohidratos, puede incorporarse al régimen de entrenamiento una técnica de “sobrecarga de hidratos de carbono” cuando se preparan competiciones que requieran una resistencia superior a los 90 minutos que pueda durar un partido de tenis.

Este método tradicional consiste en el vaciamiento completo de los depósitos de glucógeno a través del ejercicio una semana antes de una competición importante, y reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos en los días siguientes; tres días antes de la competición, el tenista reducirá o cesará el entrenamiento, incrementando a su vez la ingesta de hidratos de carbono hasta el punto de constituir hasta el 90% de la ingesta calórica. La deprivación de glucógeno en los músculos hace que en ellos se absorban los carbohidratos de una manera extremadamente concentrada, lo que aumenta el rendimiento. Desgraciadamente, hay numerosos efectos secundarios indeseables asociados a la fase de vaciamiento en el régimen tradicional de “sobrecarga de hidratos de carbono”, incluyendo vértigos, molestias musculares, irritabilidad y fatiga.

La "Ración de espera"

Es conveniente que entre la última comida y el comienzo del calentamiento, el tenista ingiera a intervalos de tiempo regulares una bebida con glucosa. Esto es lo que se conoce como "ración de espera", algo muy propio de este deporte y que presenta el inconveniente de que puede tener una duración más o menos larga dependiendo de la hora a la que finalice el partido anterior. Con esta ración de espera se consigue que el tenista no corra el riesgo de sufrir una hipoglucemia ni problemas digestivos.

Es recomendable que una vez que haya comenzado el partido, el tenista siga tomando de forma regular una bebida con glucosa y además de vez en cuando ingiera alimentos sólidos como por ejemplo un trozo de plátano, barrita de cereales, un puñado de muesli, etc.

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